La Revolución de los Medios

Política y Medios

Las elecciones presidenciales y parlamentarias se definirán este fin de año de acuerdo a como cada candidato se proyecte a través de los medios de comunicación.

No hay duda que lo que hagan o digan tendrá una difusión más o menos de acuerdo a como logren atraer las miradas de la prensa, radio, televisión e Internet.

Porque los liderazgos se construyen hoy mediante los mensajes que estos medios entregan a aquellos que los consumen diariamente.

De ahí es que aquellos que cometan errores continuos en sus declaraciones tendrán el castigo de no ser elegidos por los votantes.

Ya hay casos evidentes donde algunos candidatos han creído que hablar ante un micrófono de una humilde radio de provincia no tendría ninguna repercusión.

Craso error.

Cada cosa que digan, aunque sea para El Eco de Lourdes será tomada en consideración y difundida a los medios nacionales escritos y la televisión.

Por eso es que muchos están recurriendo a expertos que los orienten y sepan analizar los contextos adecuados con el fin de no caer en actitudes y palabras que después haya que lamentar.

Sin embargo, muchos de los actuales candidatos reflejan permanentemente no tener la menor idea de cómo funcionan los medios. O, más bien, intentan aprovecharse de los medios, creyendo que las audiencias se pueden manipular a su antojo. Mientras que otros, simplemente, desprecian a los medios.

Y no se dan cuenta de que están profundamente equivocados.

Los medios y las audiencias no comulgan hoy con ruedas de carreta. Son mucho más desarrollados e inteligentes que hace pocos años atrás. Y, ambos, tienen poder de decisión.

Las audiencias, o mejor dicho las personas de este país, saben identificar muy bien los códigos de los mensajes que les llegan y que procesan en sus mentes. Han aprendido a conocer, a través de los gestos y tonos de las declaraciones, a quienes les están diciendo la verdad o les están mintiendo.

Entonces, hay que elaborar estrategias políticas más inteligentes. Con mensajes más directos y programas posibles de alcanzar.

Se están acabando los demagogos o los “chamullentos” de siempre en la política. En la medida que la gente va alcanzando mejores niveles en educación, y aprendiendo las señales que les envían los medios, desarrollan un olfato que les permite detectar con mayor precisión dónde hay luces y dónde hay sombras.

Que lo sepan, entonces, los “señores políticos”, que no se juega con la credibilidad de la gente. Que deben demostrar realismo, transparencia, probidad, mensajes claros y coherencia en sus actuaciones.

Porque eso es lo que están demandando hoy día los electores.

Hablar bien, clave del éxito de los nuevos emprendedores*

Los nuevos emprendedores que desean insertarse rápidamente en el mundo empresarial, o en los negocios, tienen que hacer frecuentemente presentaciones, discursos o necesitan poder convencer eficazmente.

Es corriente, en la actualidad, que todo nuevo hombre emprendedor o mujer emprendedora deba presentar su proyecto, o su producto, a un grupo de personas de la empresa de su potencial cliente. Por eso, en general, se lo pasan haciendo exposiciones a inversionistas, en ferias, en congresos, en rondas de negocios y jornadas empresariales.

Incluso, hay muchos que deben presentar sus productos o su empresa en algún foro en el que se encuentran reunidas no más de cuatro o cinco personas.

Y cada vez más, aquellos que lideran una organización empresarial, o una organización sindical, tienen que hablar frente a un auditorio o un público determinado.

Antes, los gerentes vigilaban que los trabajadores hicieran funcionar las máquinas. Pero hoy, la mayor parte de ellas son automáticas, los procesos también tienen su propia dinámica y, en consecuencia, los altos ejecutivos se dedican a otra tarea vital: lograr metas, organizar el trabajo, señalar políticas, pautas, misiones, etc. Y todo lo hacen mediante la comunicación.

Entonces, ¡si usted participa del mundo de los negocios, de la educación, o tiene una figuración destacada en la vida pública y domina el arte de hablar bien y convencer a sus interlocutores, tendrá exitosos resultados en el corto plazo y nunca más se sentirá frustrado...!

Para un nuevo emprendedor, hablar bien hoy es una necesidad cultural, que ayuda también para que tengamos una visión más amplia de la vida, puesto que el buen orador genera mundos y vive realidades gracias al correcto uso de la palabra.

Con el poder de la expresión oral, crecemos en la autoestima, afirmamos nuestra personalidad y aprendemos a valorarnos.

Hablar en público es también, un camino para conocer a los demás, aceptarlos, amarlos y poder colaborar con ellos.

Decir con gracia, naturalidad, aplomo y seguridad unas palabras en una reunión, presentar con éxito un proyecto, exponer con habilidad y soltura, son herramientas que todo nuevo emprendedor necesita desarrollar en estos competitivos días del siglo veintiuno.

* Introducción al Curso de Oratoria que dicto en el Café de los Emprendedores de www.emprenden.com

La fuerza de los Medios de Comunicación

Cada día se confirma más que las democracias han pasado a ser cautivas de los medios de comunicación. Las percepciones que ellos logran crear en la opinión pública son las que prevalecen y señalan las tendencias.

Como ya lo hemos dicho, los liderazgos se desarrollan sobre la base de la imagen pública. Así ha ocurrido en el último tiempo a raíz del caso de la Ministra de Educación, Yasna Provoste. Porque, que duda cabe, el gran debate público sobre la acusación constitucional presentada en su contra se hizo en los medios y fueron ellos los que la condenaron antes que la Cámara de Diputados y el Senado entregaran su veredicto.

Se reafirma así, día a día, que debemos tomar en cuenta a los medios de comunicación. Que tenemos que saber convivir con ellos y conocer, también, cómo funcionan, cuáles son sus estructuras, sus líneas editoriales e intereses. Sólo de esta forma podremos salir airosos del momento en que nos llegue una arremetida por parte de ellos. Para que no nos destruyan o cometan un “homicidio mediático”.

Hay que aprender a enfrentar estas situaciones y aprovechar la oportunidad para fortalecer nuestra imagen o la de las empresas en las que estamos involucrados. Y no dejarnos tentar por los llamados de sirenas de los medios de comunicación.

Sociedad mediática y de la información

Quienes creen que hoy se gobierna prescindiendo de los medios de comunicación, se equivocan rotundamente.

La verdad es que gobernar significa en la actualidad, más que tomar decisiones, comunicar lo que se quiere hacer, cómo se desea realizar estas obras y, quizás lo más importante, informar acerca de los resultados de ellas cuando han concluido exitosamente.

Si no se hace así todo queda en el más completo anonimato, aunque haya autoridades que estén desarrollando silenciosamente acciones que vayan en beneficio de la comunidad.

Definitivamente, lo que no se comunica no existe.

Lo que no se proyecta a través de los medios de comunicación no tiene ningún efecto.

Porque vivimos en una sociedad mediática, que valida sólo lo que se informa a través de los medios de comunicación.

Y como ya estamos entrando a la velocidad de la luz en la sociedad de la información veremos que en el futuro internet será el medio que se agregará a esta confirmación del trabajo de la autoridad.

Los liderazgos, por su parte, también se construyen utilizando los medios de comunicación. No hay más. Sólo podremos considerar o reconocer influencias limitadas sin el concurso de los medios de comunicación.

De allí es que tengamos hoy ministros en el gobierno de turno que parecen fantasmas sin sabana que los cobije. Porque no han logrado ni siquiera la mención de un par de líneas en el “Eco de Lourdes” desde que asumieron sus cargos. Es decir, no existen, no hay conocimiento alguno sobre ellos, por lo que debemos concluir que nada han hecho, que nada ha pasado en su ministerio.

Las adhesiones se consiguen con la permanencia constante en los medios de comunicación. Con opiniones sobre todos los hechos más relevantes de la contingencia política, social y económica. Apropiándose de la agenda noticiosa.

Entonces si se quiere buscar apoyos para ciertos temas que se califican como cruciales para el avance gubernamental, hay que estar dispuesto a la sobreexposición mediática. Hay que aconsejarles a los ministros transitar más asiduamente por cualquier patio del palacio de La Moneda con el fin de tener a los reporteros cerca y hacerles declaraciones sobre la preocupación del gobierno por ciertos temas o simplemente para atacar o responder a la oposición.

Lo mismo ocurre con las instituciones, sean de cualquier índole. Si esperan ser protagonistas activos dentro de nuestra sociedad tienen que salir a exponerse en los medios. Deben tener respuesta para todo lo que se les pueda consultar. O, más bien, deben tener el deseo de obtener una cuota de poder, aunque sea pequeño, para poder influir en su sector y recibir el respaldo de la ciudadanía.

En síntesis, que duda cabe que los medios de comunicación son los grandes expositores de los temas a comentar y discutir en todas las instancias de nuestra sociedad. Ellos tienen el poder de manejar la agenda y las audiencias interpretar las propuestas como se les antoje. Siempre dentro de un marco limitado en que imperan las necesidades reales con aquellas que se quiere manipular o mantener vigentes en la memoria colectiva en forma permanente.

FIN